Por: Vale

No es fácil. Para nadie.
Para nosotras tampoco.
Por momentos una siente que la vida no cambio en nada… Hay que ocuparse de bebé. Así veníamos, así seguimos…

Emociones que desconocemos, propias de un puerperio “normal” e individual, ¿y ahora? Emociones sumadas a otras…
Otras como ganas de compartir, de salir un poco de casa, del marido, de las rutinas,
Compartir un helado, otra gente, otros bebés… Pero no. Nos toca así.
Dicen que todo lo que nos toca vivir es porque el alma está lista para afrontarlo…
Pues allá vamos, ¡que desafío!

Trabajar con la voluntad es el desafío de hoy. Buscar el equilibrio entre bebé, la casa y lo que HOY necesito.

Hoy necesito un ratito para escribir, otro para hacer un poquito de ejercicio, y otro para cocinar algo rico.
Luego lo de todos los días hacer dormir, dar la teta, jugar un rato o ratazo con bebé, y cosas del hogar claro está.

Pero no me sirven las presiones, no me sirven los sermones (que solita me doy), solo saber que la lista de esta mañana tiene también mi prioridad. Para que mi alma no se vaya pérdida en la rutina de un puerperio en cuarentena…

Necesito sostener la voluntad en cada mañana, con el esfuerzo que implica para que mi alma ancle una vez más en mí, para seguir en casa, en la pareja, y sobre todo sostener a bebé.