
A casi un año de iniciado su segundo mandato, el intendente Bruno Pogiliano manifestó su “rechazo y repudio a cualquier intento de toma y usurpación de tierras” al tiempo que habló de una reacción lenta de Gendarmería y la Justicia.
Hoy mismo, el Concejal Fabián Rudolph del bloque J.S.R.N. presentó un Proyecto de Ordenanza solicitando al Estado Nacional la transferencia, a favor de la Municipalidad de El Bolsón, de una superficie de tierra de aproximadamente 400 hectáreas, ubicadas en la Reserva Forestal del INTA, Sector Loma del Medio. En la propuesta aseguran que el objetivo es brindar soluciones de fondo respecto de los asentamientos poblacionales allí existentes y mitigar el impacto y el daño producido al medio ambiente.
La demanda insatisfecha de tierras para urbanización, sumada a la falta de planificación urbana en El Bolsón, dan como resultado una expansión urbana desordenada y la difusión de la toma de tierras como estrategia de acceso a la vivienda de una parte de la población.
La práctica de generar nuevas ocupaciones se repitió recientemente luego de que 3 hectáreas cedidas por el INTA al Club El Refugio fueran tomadas por un grupo de veinte familias que aseguran “no tener otra opción”, al tiempo que comenzaron a avanzar sobre zonas icónicas del municipio tales como Cabeza del Indio y Mirador del Azul.

“No queremos urbanización, queremos vivir en el bosque”
En el año 2015 el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Ing. Francisco Anglesio, el presidente de la Comisión Nacional de Tierras para el Hábitat Social “Padre Carlos Mugica”, Arq. Rubén Pascolini y el entonces Intendente de la localidad de El Bolsón, Ricardo “Kaleuche” García firmaron un convenio mediante el cual el INTA declaraba innecesarias y desafectaba de su gestión 50 hectáreas que son de dominio del Estado Nacional, sobre las que se emplaza actualmente una fracción de la Reserva Forestal Loma del Medio.
El pedido histórico de tierras del municipio no eran las tierras de la Loma, sino las de Gendarmería. Como premio consuelo aceptarían las 50 de INTA, sin dejar de reclamar las 32 ha de Gendarmería, ubicadas en pleno ejido urbano y con servicios, siempre y cuando hubiera un plan de urbanización y presupuesto para hacerlo.
Cabe aclarar que ese acuerdo llegó como respuesta a una toma con claros tintes de haber estado asesorada por quienes saben cómo hacer que un terreno pase del ejido nacional al municipal sin escalas. En su momento, los eventos fueron similares a los recientes: tomaron, gendarmería no actuó, la justicia miró para otro lado, los pobladores se movilizaron para hablar con el juez en Bariloche… Ninguna novedad.
El convenio se firmó con el ejecutivo municipal sin el acuerdo del Concejo Deliberante. La carta Orgánica municipal (2006) remarca que el cambio de uso de tierras -en este caso la Loma era Reserva para el municipio- se debía hacer mediante la aprobación del CD, algo sobre lo que se avanzó de todas formas.
La intención era que dichas tierras sirvieran para dar respuesta habitacional y de regularización dominial a familias de la localidad de El Bolsón en forma conjunta con la Comisión Nacional de Tierras para el Hábitat Social “Padre Carlos Mugica” y la Municipalidad de El Bolsón.
Lo cedido resultaba suficiente como para generar una solución de vivienda que incluyera espacios verdes y de respeto a la reserva. A los fines de avanzar en el abordaje de la situación, entretanto, se procedió con la firma del acuerdo, que incluía el compromiso de la municipalidad de El Bolsón para acompañar un desalojo hacia los ocupantes que no fueran familias en estado de vulnerabilidad social. De esta forma se realizó un relevamiento con personal de la Comisión de Tierras y de la secretaría de Desarrollo Social para verificar el lote ocupado e identificar a las y los ocupantes.
Paralelamente, el proyecto de urbanización se elaboró en poco tiempo y contó con numerosos expertos y expertas en el campo con perspectiva local e incluso participaron los equipos del Ministerio de planificación Federal. Cuando se presentó públicamente el proyecto, los principales representantes de la toma manifestaron que ese plan no los representaba porque “No queremos urbanización, queremos vivir en el bosque”.
Allí la reacción del entonces intendente, que ya venía indeciso en cuanto al posible desalojo, fue detener todo. En las elecciones, Kaleuche perdió el mando por poco margen y comenzó otra etapa en la región y en el país.

La historia que se repite…
El equipo de expertos debió esperar a que asumiera el intendente Bruno Pogliano para probar suerte con una nueva gestión aunque esta vez bajo el gobierno nacional de Mauricio Macri y el cambio de vínculos políticos en todo el espectro nacional. Cuando asumió su primer mandato, Pogliano recibió el proyecto, pero la urbanización organizada de los terrenos cedidos en Loma del Medio no figuraba entre las prioridades de la gestión 2015-2019.
La ausencia de reacción ante la urbanización forzada de la reserva se puede entender como una aceptación tácita de la situación por parte de la primera gestión de Pogliano. A finales del año pasado, antes de las elecciones, varios ocupantes recibieron certificados de ANSES bajo promesa de que existiría un plan de acceso a la tierra en caso de que las mismas pasaran a la órbita municipal.
El segundo triunfo en las urnas fue mucho más contundente que el primero. Esta vez sus palabras fueron solo para el desarrollo del turismo y, con un 70% del electorado a su favor, Pogliano declaró que “sin tierras no hay viviendas“.

La constante de mirar hacia otro lado
Tras la firma del convenio con INTA en el año 2015, el entonces intendente de El Bolsón, Kaleuche, destacó que era esa “la oportunidad de “hacerse” de tierras para llevar adelante una demanda muy importante de la comunidad: la de tener un espacio para quienes vienen esperando desde hace mucho tiempo y esperan en un registro municipal”.
Sin embargo, la situación nunca cambió y esa gente sigue esperando. Lo que sí avanzó fue la reventa de terrenos tomados a gente que estaba lejos y desconocía la ubicación sin ningún tipo de acción direccionada a desactivar estos intercambios ilegales de quienes se habían presentado como desposeídos que buscaban una vivienda.
En los últimos años muchas personas adquirieron lotes sin escriturar y luego terminaron por conseguir permisos de ocupación que hoy implican una presión más sobre la golpeada Reserva Forestal Loma del Medio.
Los locales vieron crecer ante sus ojos la conflictividad social, la contaminación, basureros clandestinos y la tala indiscriminada de bosque nativo mientras algunos pocos se hicieron de unos dólares con la venta ilegal de lotes al interior de la toma.
Muy interesante la nota. Un análisis crítico de la situación del acceso a la vivienda y la especulación inmoviliaria.