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La prevención como camino. Parte 1

Es una realidad local que casi un cuarto de la población de la Comarca vive en tomas de tierras o asentamientos irregulares. Las políticas de hábitat para paliar la problemática habitacional transitan a medio camino entre la ausencia y la ineficiencia. La construcción pública de viviendas no ha acompañado de ningún modo al crecimiento demográfico exponencial que atravesó la zona a lo largo de los últimos 20 años.

A esto se suma la imposibilidad de la clase trabajadora de acceder a una vivienda propia aún teniendo un salario garantizado. A escala regional, para la Comarca Andina, los últimos 25 años representaron un fuerte cambio en su estructura territorial-económica, dentro de la cual el turismo y los negocios inmobiliarios cobraron un fuerte dinamismo, dejando en un segundo plano las actividades económicas agrícola-ganaderas, más tradicionales de la región, y motivando una fenomenal multiplicación en el valor del suelo y de la vivienda.

La convergencia entre distintas responsabilidades jurisdiccionales representa un aliciente al problema para el abordaje de las tomas: Territorios de Reserva Forestal del INTA, territorios de Parques, territorios de bosques provinciales y tierras fiscales municipales se entrecruzan en un complejo entramado que impide el cuidado, manejo y mantenimiento de los mismos.

En los últimos años la ausencia de respuesta estatal y judicial frente a las tomas implicó un “dejar hacer” que permitió que creciera la población en zonas en que resulta inseguro que se instalen viviendas.



Julián Rapoport, encargado de Coordinación de Defensa Civil Municipal de El Hoyo contó a laSirena las condiciones de riesgo que genera la presencia de asentamientos e instalaciones irregulares: “lo fundamental en la protección Civil es la previsión en las viviendas, sean del carácter que fueran. Si se realiza un asentamiento no planificado habitualmente la falta de infraestructura produce un incremento en los riesgos de incidentes, inundaciones, deslaves e incendios”, explica Rapoport.

Dada su conformación infraestructural, la Comarca Andina presenta una gran mayoría de incendios interfase (aquellos que no son puramente forestales) porque todo se mezcla con el bosque. Cabe aclarar que la convivencia con el bosque no es el equivalente a instalar una vivienda en el bosque.


“Factores como la presencia de determinado ancho mínimo de caminos, tendidos eléctricos ordenados o enterrados resultan elementos fundamentales en la planificación de la urbanización. Una demora en llegar a un foco de incendio puede significar el rápido empeoramiento y descontrol de la situación”, aclara el responsable de Defensa Civil.

“En el caso de los hogares sin acceso a agua de red, riego, cuando las instalaciones eléctricas son precarias o las chimeneas no están mantenidas crece la vulnerabilidad. Las fallas en instalaciones y falta de acceso a servicios de emergencia son los principales peligros”, explica Rapoport.

Por ello, desde los servicios de emergencia se promueve activar tempranamente una instalación de tales servicios en las viviendas con trabajadores especialistas en la materia y matriculados, lo que garantizará mayor seguridad pese al incremento en los costos. “El aporte ciudadano, además de en las inversiones en instalaciones apropiadas es en el mantenimiento de los terrenos con desmalezamiento y limpieza. Además, las indicaciones a los servicios de emergencia en cuanto a dónde se está produciendo un foco deben ser de lo más específicas posibles para poder garantizar un acceso veloz”, concluye el especialista.

Los focos chicos se apagan rápido si las condiciones están dadas. En laSirena aportamos a la prevención desde casa para pasar un verano feliz y minimizando los riesgos de incendios forestales.

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