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1381/1380 – ¿Motosierra o retroexcavadora?

En los años sesenta eran muy famosas las peleas de catch, esa especie de teatralizacion de la lucha con personajes que exageraban actitudes aguerridas y realizaban piruetas en rings – escenarios. La versión argentina del fenómeno mundial fue Titanes en el Ring y hoy aún muchos recuerdan con nostalgia a luchadores como La Momia o Martin Karadagián. Hoy el catch nacional se despliega en las redes y es el mismo presidente quien protagoniza estos enfrentamientos casi circenses con cualquiera que ose objetar su gobierno. El problema es que aquí las luces del set parecieran no apagarse nunca


El casillero de enemigo se va llenando cada día con personajes de la cultura y el espectáculo, miembros del senado, dirigentes sociales, gobernadores, e incluso aliados políticos a quienes meses atrás llenaba de halagos. Al ritmo de estás batallas casi personales, sigue profundizandose los motores de la crisis, quita de subsidios, ajuste bestial a las provincias, recortes a medicamentos, cierre de comedores y de planes como el potenciar trabajo bajo el argumento de eliminar los intermediarios . Porque la agresividad del discurso mileista y su impasividad ante cualquier dato de la realidad que lo confronta tiene una raiz ideológica muy fuerte y una certeza que él mismo trasmitió: el deseo de refundar la Argentina; y si para ello es preciso arrasar con nuestras instituciones y con los derechos de la ciudadanía pareciera no temblarle el pulso. La motosierra da paso a la retroexcavadora


Cuando Milei arroja orgulloso los porcentajes de su recorte omite un dato fundamental: son restricciones que perjudican a la población y especialmente, a aquella en situación más vulnerable . Incluso en sus predicciones más festivas , el presidente habla de números, de déficit cero, de dólares pero nunca establece una relación entre esos avances y una mejoría en la calidad de vida de argentinos y argentinas. Ya lo decía Eduardo Galeano en su entrañable Libro de los abrazos: ” En nuestras tierras, los numeritos tienen mejor suerte que las personas. ¿A cuántos le va bien cuando a la economía le va bien? ¿A cuántos desarrolla el desarrollo?”

Da la impresión que en el país de Milei no vive nadie, y entonces a nadie debe de ilusionar. No recuerdo un mandatario de la vida democrática que omita con tanto fervor al pueblo, que no mencione jamás las condiciones de vida que pretende, supongamos, mejorar. Solo cuando precisa reafirmar su legitimidad recuerda a quienes lo votaron, a esos ” argentinos de bien” quienes debían estar tranquilos pues el ajuste no iba a perjudicarlos. Alcanzan los dedos de la mano para contabilizarlos

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