Yanina es habitante de la localidad de El Bolsón y tras organizarse con cientos de compatriotas varados en Ecuador logró viajar en uno de los vuelos de repatriación de Aerolíneas Argentinas con otras 242 personas. Se muestra agradecida con el gobierno argentino que realizó una ruta inexistente desde hace más de 30 años sólo para traer a parte de las y los argentinos varados: no deja de recordar que faltan 600 personas más que quieren regresar a sus hogares para realizar la cuarentena con sus seres queridos y en su país.

El regreso de Yanina a casa fue atravesando un sinnúmero de barreras y controles. Comenzaron los previos a subir al vuelo de Aerolíneas Argentinas que incluían una Declaración Jurada para “compromenternos a guardar cuarentena y usar la App de monitoreo del gobierno” seguida por minuiciosos controles médicos porque “nadie con síntomas podía subir al avión”. Tras largos trámites lograron subir los 243 argentinos entre los que se contaba ella y que pusieron fin a casi un mes de incertidumbres mientras estaban varados en un país ajeno. La ruta fue un trámite en sí: Aerolíneas Argentinas no realizaba el tramo Quito-Buenos Aires desde hacía más de 30 años por lo que el esfuerzo de la tripulación y de la empresa resultó ser el doble del de otros vuelos.

Al llegar a Argentina los repatriados se encontraron con nuevos controles de salud y según cada provincia los pasajeros fueron subiendo a buses que los llevarían a sus ciudades de origen. “Hay quienes quedaron en cuarentena en Buenos Aires por estar más cerrada la posibilidad de acceso a sus provincias”, relató Yanina a laSirena.
El viaje para llegar de Buenos Aires a Bolsón duró dos días completos porque “cada cruce provincial era de mucho control médico”.
Lejos de molestar a los repatriados esto les devolvió la alegría de estar en la tierra natal y dejar de ser invisibles como les sucedía en Ecuador. “Cuando estás lejos de tu casa no contás como ciudadano, te sentís invisible y el rechazo hacia el extranjero crece con la fuerza del miedo”, cuenta Yanina.

Ecuador cuenta con un sistema de salud público pero de mala calidad. La crisis socio económica aumentó con la presidencia de Lenin Moreno un mandatario que luego de traicionar al partido que lo llevó al poder optó por una solución egoísta a la Pandemia: se declaró a si mismo persona de riesgo y se instaló en la Isla Galápagos dejando al mando al vicepresidente Otto Ramón Sonnenholzner Sper. Cabe aclarar que este vice tampoco fue electo en la fórmula presidencial si no que fue puesto a dedo luego de que Moreno pusiera en prisión al vice electo.

Según lo que vivió Yanina en Ecuador “la gente fue enviada a la casa a hacer cuarentena pero librada a su suerte. No existieron programas para evitar que los estratos sociales más vulnerables tuvieran que seguir trabajando para traer algo de comida a casa”. La situación se replica en ciudades grandes del país en las que “todavía quedan 600 argentinos más que necesitan ser repatriados, viven situaciones caóticas y hostiles porque hay una tendencia al rechazo hacia los extranjeros”, explica Yanina.

Tras un gran trabajo organizativo de las y los argentinos varados en Ecuador que se comunicaron por Whatsapp y otras redes sociales, el gobierno argentino tomó Ecuador como lugar de riesgo y comenzó el envío de aviones humanitarios a la zona de Guayaquil y uno sólo de Aerolíneas Argentinas a Quito. Fue producto de una gran gestión ya que la ruta Quito Buenos Aires llevaba 30 años sin realizarse. En Guayaquil fueron 2 aviones Hércules del Ejército aunque todavía hay mucha gente por repatriar.

Yanina se muestra agradecida de estar en casa y asegura que esta experiencia le deja un aprendizaje importante: “Es importante unirnos más, siempre fuimos un pueblo solidario pero hay que redoblar los esfuerzos. Agradecemos tener un gobierno que nos cuida con errores y aciertos pero que nos tiene en cuenta. Agradecemos a todos los argentinos que están ahí apoyando para que todes podamos estar en nuestros hogares de regreso. Nos deseo mucha fuerza, entendimiento y amor para todos. No volvamos a la normalidad porque evidentemente esta no lleva a buen puerto, ojalá podamos ser la humanidad que este planeta se merece”, reflexiona Yanina.

¿Por qué es prioritario traer a quienes quedaron varados en Ecuador?

LaSirena consultó a Irina, médica especialista en Terapia Intensiva recibida en Ecuador que trabaja en Argentina y es parte del grupo de argentinos varados en ese país con quienes se puso en contacto cuando supo que existían más personas en su situación. La falta de médicos de terapia intensiva impidió que Irina pudiera viajar para las fiestas a Ecuador a ver a su familia por lo que decidió posponer el viaje a marzo y el avance del covid19 en la región la dejó varada en Quito.
“En Ecuador se organizó el Comité de Emergencia que dejó de lado al ministerio de Salud. Se ha desmantelado la red de epidemiólogos y los recursos humanos están concentrados en las ciudades donde funcionan las unidades operativas pero el resto de Ecuador tiene menor cantidad de todo”, así retrata a su país Irina.

Proveniente de familia y entornos del campo de la sanidad, la médica conoce a fondo los sistemas de Salud de Argentina y Ecuador. La doctora asegura que si bien Argentina tiene faltantes en el área de Terapia Intensiva, la diferencia de calidad es abismal comparada con el sistema ecuatoriano en el que para los sectores de bajos recursos la salud “se ha convertido en una demanda reprimida, se va a la farmacia, al chamán o al sobador y los componentes de promoción y prevención de epidemias casi no existen”.
Con una tasa cinco camas y cuatro médicos por cada 1.000 habitantes, Argentina se ubica como uno de los países mejor dotados de la región, donde el promedio es de 2,2 por cada 1.000 habitantes en ambos casos.
En cuidados intensivos hay unas 8.000 camas, pero solo 70% son operativas, con un respirador, un monitor y personal médico y de enfermería: esa es la capacidad que tiene Argentina para enfrentar los casos graves por covid19. Ecuador ya está colapsado.

El problema radica en que se pone como eje del trabajo al profesional médico y no se tiene en cuenta la salud como equipo por lo que rápidamente colapsa el sistema. “El ministro de Salud llegó a responsabilizar a los médicos de llevar el virus a los hospitales. El Estado no ha dado la voz a los médicos ni a las sociedades científicas ante la emergencia. En Argentina en cambio estos actores están preparados y organizados para hacer frente a la Emergencia Sanitaria y trabajan junto al gobierno”, reflexiona Irina.

La situación se agrava con el pasar de los días y la Pandemia no tocó sus puntos más álgidos en la región. Por eso es importante traer a quienes todavía esperan para realizar la cuarentena en sus hogares y en compañía de sus seres queridos.