Fake News, que se traduce del inglés como “noticias falsas”, es el nombre que reciben las noticias, publicaciones, audios o piezas audiovisuales que carecen de veracidad y que son transmitidas a través de sitios web, medios de comunicación y redes sociales como si fuesen reales. El objetivo de las mismas suele ser el de manipular la opinión publica con algún fin, sea político o económico. Si bien puede suceder que un contenido falso se distribuya producto de un error genuino, en general las Fake News se caracterizan por su deliberada falsedad.

Con las facilidades que otorgan las redes sociales para compartir contenidos, los usuarios se convierten no solo en consumidores sino también en productores de contenidos, lo que facilita la difusión de noticias engañosas, falsas o fabricadas.

En este contexto, en el que las Fake News están más presentes que nunca, dando lugar a la aparición de la llamada posverdad (distorsión deliberada de una realidad) resulta vital ejercer un uso responsable de las herramientas digitales y estar siempre alerta y atentos para no convertirnos en propaladores de información falaz.

¿Conocés todos los tipos de Fake News?

1) Deliberada desinformación

Son artículos escritos y compartidos en redes sociales, con la intención de llegar a un público que quiere creer el contenido del mismo. Es importante recordar que la mayor parte de los contenidos que consumimos tienden a confirmar nuestras posturas y creencias previas. Por eso es importante cuestionarse e informarse con más de una perspectiva, para no ser víctimas del sesgo de confirmación.

La intención de este tipo de notas es esparcir información no verídica, en la mayoría de los casos con fines políticos.

2) Títulos falsos o engañosos

Son notas que ponen el acento en crear un título “con gancho”, que luego hasta puede ser desmentido en el desarrollo del escrito. El objetivo de estos artículos es generar interacción en redes sociales y muchas visitas, confiando en que la gran mayoría de las personas eligen compartir antes que revisar el contenido. A estos títulos se los conoce como clickbait (carnada de clicks).

3) Sátira

Existen sitios que publican contenido aparentemente informativo pero que tiene fines humorísticos, como por ejemplo The Onion, The Babylon Bee o El Mundo Today. Puede pasar que ciertas personas, sin entender el contexto humorístico, lo compartan pensando que es información verídica, e incluso que dicha información se viralice. En ocasiones, el tono de sátira es utilizado por algunos medios con el objetivo direccionado de difundir información falsa o dañar la imagen de alguien.

Informarse responsablemente es fácil, solo basta evaluar el contenido

1) Es necesario revisar la credibilidad de quien escribe

¿Cumple el sitio de publicación con los estándares de citación académica? Solo porque un sitio sea popular entre tus amigos y conocidos no significa que su contenido sea exacto.

¿Cuál es el nombre de dominio? Desconfíe de los nombres de dominio de primer nivel inusuales, como “.com.co.” Un dominio de segundo nivel como “Pagina12” puede parecer creíble. Pero tenga en cuenta que pagina12.com.co es seguramente un sitio diferente e ilegítimo, aunque diseñado para parecer similar al original.

¿Cuál es el punto de vista de la publicación? Lee la sección “Sobre nosotros” para obtener más información sobre el editor y su misión. También, confirma que no es un sitio de noticias de broma.

¿Quién es el autor? ¿Publicó algo más? Sospecha si el autor es un nombre muy conocido escribiendo para un sitio pequeño o poco relevante, o bien si la información de contacto del autor de un medio supuestamente grande es una dirección de Gmail u otro servicio de correo electrónico gratuito.

2) Prestar atención a la calidad del contenido y su pertinencia

¿Tiene errores gramaticales o utiliza muchas mayúsculas o exclamaciones? Si es así, no confíes en esta lectura. Las fuentes de renombre tienen un alto nivel de corrección de textos y gramaticales. ¿La historia es actual o reciclada? Asegurate de que la historia no sea antigua o esté está fuera de contexto.

3) Chequear citas y fuentes

¿Cómo encontraste el artículo? Si el contenido apareció en tus feed de medios sociales o fue promovido en un sitio web conocido por clickbait, procede con precaución. Incluso si la información fue compartida por un amigo, asegurate de seguir los siguientes pasos para verificar la credibilidad del editor.

¿A quién se cita (o no se cita) y qué dicen? Si no hay citas ni fuentes entonces algo está mal. El periodismo creíble se alimenta de la recopilación de datos, por lo que la falta de investigación probablemente signifique una falta de información basada en hechos.

¿La información está disponible en otros sitios? Si no es así, es muy probable que los periodistas aún no haya decidido si esta información es válida. Las bases de datos de las bibliotecas son un gran recurso para confirmar la credibilidad de la información.

Podes realizar búsquedas inversas de fuentes e imágenes. Al verificar las fuentes citadas, es posible confirmar que la información no fue alterada. Lo mismo ocurre con las imágenes. En una era de magia de Photoshop, no siempre se puede creer lo que se ve.

Otros mecanismos para detectar fake news

Las sugerencias aquí presentadas no son las únicas que permiten discernir si un contenido es verídico y legitimo, o una noticia falsa. Uno de los métodos es el llamado 5W (Who, What, When, Where, Why, o Quien, Qué, Donde, Cuando, Por que), con el que se busca establecer desde todos los ángulos posibles la veracidad de una información dada. Este método, utilizado en la práctica periodística al momento de producir contenidos, también nos permite verificar lo que vemos y escuchamos.

También existe el Test CRAAP (Currency, Relevance, Authority, Accuracy, and Purpose, o Actualidad, Relevancia, Autoridad, Precisión y Propósito) con la que se evalúa una información dada según el momento en que se publica (y si sigue siendo actual o no), su relevancia, la autoridad de la fuente que la emite, la precisión de lo presentado y el propósito detrás de su publicación.