Seguramente una de las frases que más se dijo, se escuchó o se leyó en stickers y memes sea la de Finjamos demencia, casi como un mantra o un conjuro para sobrellevar los momentos críticos que hoy se instalan. Parece una propuesta coherente: cuando el presidente electo democráticamente desconfía de la democracia, un ministro de economía se queja de la herencia que él mismo gestó endeudando al país con cifras abismales y otra funcionaria propone no alimentarse para combatir los altos precios de alimentos, da la impresión que la cordura no está demasiado valorada.
Las cifras del día tampoco abonan a la paz mental. Víctor Palpacelli, presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios, advirtió hoy por los aumentos que se registran en las últimas horas en alimentos y productos de la canasta básica, que en algunas categorías llegan al 100%. Por otra parte, según el informe de la consultora Economía y Energía, el aumento en las tarifas de gas y electricidad se sentirá fuerte en los hogares de clase media, que sufrirán un alza del 327% en electricidad y del 336% en gas. En los hogares de clase baja el alza sería del 129% en luz y 168% en gas. El estudio de la consultora dialoga con lo publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina de este viernes en el que se plantea la necesidad de adecuar las tarifas del servicio de distribución de gas. Sobre lo que aún no se han podido dar definiciones de cifras o porcentajes es respecto a posibles aumentos de sueldo o del pago de un bono para sectores vulnerables ante el impacto del ajuste.
Las medidas del recién estrenado gobierno parecen desenvolverse bajo las máximas del Dojo de Cobra Kai, la famosa secuela de Karate Kid: “Golpea primero. Golpea fuerte. Sin piedad”. Es difícil pensar claramente durante una golpiza, pero tampoco se puede fingir demencia cuando te patean en el suelo. Quizás puedan ensayarse otras alternativas, como la que trae la carta del día: El Caballo de Pentáculos, un robusto equino que permanece quieto con la vista baja contemplando la tierra y cuyo significado se relaciona con los frutos de la perseverancia, del trabajo de siembra que dará sus beneficios. Puede que sea el momento de buscar las semillas y preparar la tierra. Puede que frente al mecanismo de la repetición asfixiante (¿cómo reaparecen hoy las mismas fórmulas económicas de los años 70 y los 90? ¿cómo se festejan cuando ya se padecieron sus consecuencias negativas?) exista la posibilidad de abrir otros surcos, sacando la maleza que por siglos ha permanecido intocable, ajena a los ciclos naturales y a los colores políticos. Imaginarlo al menos nos preservará la salud mental en los años venideros.
Una invitación : leer La ofensiva sensible. Neoliberalismo, populismo y el reverso de lo político de Diego Sztulwark