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1440 y 1439 – Comenzó la demolición

Ya en el año 2007, la periodista canadiense Naomi Klein habla del sistema económico neoliberal por el cual una decena de familias poseen toda la riqueza del mundo mientras la mayoría del mundo batalla diariamente. ¿Cómo se impone este sistema tan racional e inhumano? La autora dice que es por la doctrina del Shock. El Shock impide a las personas electrocutadas oponer resistencias tras una experiencia que les deja paralizadas. Las dictaduras, las guerras, las grandes desgracias naturales o las pandemias son la oportunidad perfecta para implementar esto bajo la lógica de que “no hay opción”. Eso sí: Una vez llegados al poder, las medidas impopulares se toman inmediatamente para quitar los derechos y servicios públicos de un día al otro para que el pueblo shockeado no pueda reaccionar.

Hoy estamos a 31 de diciembre. Hace un día que por “omisión de la fecha de vigencia” del DNU y escaso margen de reacción social al DNU INCONSTITUCIONAL, este estará funcionando hasta que alguien acepte un amparo o hasta que se trate en el Congreso. Tal vez sea demasiado tarde y por eso no hay que dormirse.

Casi diez años después salió el libro Realismo Capitalista de Mark Fisher. Fisher tenía cierta escritura de asociación libre en que la filosofía se ponía a jugar con lo masivo, con los contenidos populares. Él siempre se remitía a algún consumo popular para poder asociarlo al discurso imperante del capitalismo que siempre encuentra cómo vendernos lo que queremos, aunque sea en su contra.
Mark Fisher escribió sobre su depresión, dijo que era difícil hacerlo; dijo que en parte la depresión estaba constituida por una voz interior desdeñosa que te acusa de ser un bueno para nada pero que no es más que la internalización de fuerzas sociales que niegan la conexión entre depresión y política.

A este contexto se suma nuestro enorme mercado laboral emprendedor, lleno de individuos que sólo se preguntan una cosa: ¿Cómo hago dinero?
Para el resto, no parece haber tiempo. Por eso no es casual que en estos días aparezca la carta del Ermitaño. Propone prestar atención al mundo interior, alerta sobre la soledad como el disfrute pero nunca como una solución.

En estas fiestas, miremos al costado y escuchemos con atención. Mandemos ese mensaje a esa persona de la que dudamos cómo lo está pasando. Las épocas de celebración o cambio de año son un momento en que mucha gente que está en tratamiento por depresión siente la soledad de no poder sentir como el resto esa alegría. Es un año en que el balance negativo puede disparar las alarmas y llevar la depresión a puntos de no retorno.

Les deseamos encontrar la forma de dar vuelta a la página, con las cartas ya echadas, para encontrar con los demás (independientemente de como sea su comportamiento político como individuo) la forma de volver a dialogar y conectarnos. Van a ser 1439 días muy complejos y esta vez, vienen por todo.

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