Quienes tenemos el defecto de ser obstinados sabemos perfectamente que podemos tener razón siempre porque Google lo va a demostrar. Basta con ir bien abajo en los resultados y algo va a decir exactamente lo que nosotros defendemos. En la era de la posverdad, toda discusión es ganable porque todo está en duda. Nada que hayamos inventado nosotros este siglo, la humanidad es esto, si no googleemos sofistas.
Claro que la cosa se complejiza si trasladamos esa obstinación y oscurantismo a la gestión del destino de 45 millones de argentinos. Pero como acá no somos presidentes ni votantes de Milei, mucho no podemos opinar…
Lo sucedido con el JumboBot, en el que se citó una cuenta de Twitter como medida de la verdad, en nada se diferencia del resto de los movimientos de este gobierno. La fórmula se repite, hacer mímica, balbucear un par de palabras para con eso respaldar vagamente un accionar criminal, anticonstitucional y que atenta contra la soberanía de nuestro país.
Y es que el problema no está ahí, al fin de cuentas al hombre lo votaron diciendo exactamente ese tipo de cosas. El problema es que no hay un solo presiduende. Hay tantos como personas que quieren ciegamente mantener la esperanza y en eso descansa el cúmulo de sandeces, verdades y mentiras que esta gente no para de emitir para caldear el ambiente entre los de abajo.
Por arriba andan los que saben que esto es humo, saben que dure lo que dure el banco de niebla ellos van a poder saquear y hacer negocios sin esas molestas leyes que preservan nuestra soberanía nacional. Hoy entra una nueva Ley Ómnibus al Congreso. Que un sector de la política siga dispuesto a dar lugar a estos movimientos es la verdadera vergüenza nacional.
Desde laSirena proponemos disipar la niebla y no dejarse distraer con las cosas que ya sabemos: no es novedad que el presidente de todos los argentinos y argentinas va a likear cuanta estupidez confirme que su crueldad está bien ejercida. Lo novedoso es que haya quienes le tienen miedo a los likes.