LaSirena recorrió el laboratorio Salma Sur que con tecnología de arrastre de CO2 garantiza una fitocosmética de confianza. El emprendimiento familiar funciona gracias al trabajo diario del Ingeniero Agrónomo Federico Vercelli junto a su esposa Mariana Mónaco y los hijos de ambos.

Mientras el Ingeniero Agrónomo Federico Vercelli y su papá cargaban cientos de kilos de frambuesas en la caja de la camioneta, en su fuero interno él decidía que quería ir hacia otro subproducto de esta fruta fina. “Producíamos frambuesas pero cuando pensaba el trabajo para adelante se me hacía difícil de sostenerlo en el tiempo”, cuenta Vercelli a laSirena.

Un día, cuando terminaban la jornada laboral, Federico le dijo a su padre: “vamos a poder compactar el producto, llevarlo en la guantera y no levantar más peso”. La idea final vino mientras viajaba en avión: sacar un ácido a las frambuesas que está asociado a la prevención del cáncer. Su viejo había trabajado en Pfizer y por eso le pudo decir qué elementos necesitaba para lograrlo. “Quiero ver en persona a ese ácido, quiero poder ver otra cara de lo que producimos”, se empecinó Vercelli.

Con la lista de compras en mano, el ingeniero se fue desde Lago Puelo hasta Neuquén buscando dónde conseguir los elementos. Sin embargo, en la farmacia no le dejaron comprar: ‘¿Vos sabés lo que estás pidiendo? Todos son productos para extraer cocaína y necesitás una decena de permisos’, le dijeron.

Así que el camino fácil terminó ahí y Vercelli empezó a buscar otros métodos. Investigando encontraron otra tecnología: una máquina de extracción por arrastre de CO2 que vendían en China. “La tecnología trabaja por arrastre de dióxido de carbono en estado supercrítico (ni gaseoso ni líquido) por lo que se dan de forma forzada una alta presión y baja temperatura combinadas”, explica Vercelli. El desafío es lograr una densidad del dióxido de carbono que imite al compuesto que se busca extraer. Cuando se cambian las condiciones al dióxido de carbono nuevamente el gas sube y el producto cae al fondo.

“Hay un circuito cerrado a través del bombeo; se juega con los estados del gas y el desafío es encontrar las combinaciones de presión temperatura para cada uno de los componentes. Empezamos por la frambuesa, gracias a la cual conocí al famoso ácido que empezó todo pero resultó un producto absolutamente inviable en términos económicos”, contó el ingeniero. Por eso empezaron a probar con otras cosas.

A partir de evaluar distintos productos y hacer estudios de laboratorio comenzaron a notar que sus productos no se parecían en nada a lo que hay en el mercado. Consistencias más espesas, no de aceites comunes, mucha pureza y concentración. Pocas gotas que aromatizan en grandes cantidades.

A partir del diálogo con una oncóloga y a pedido de algunos pacientes, la familia desarrolló algunas esencias de cannabis. El efecto fue notorio y las dosis restantes fueron repartidas hacia pacientes de fibromialgia, parkinson y otros dolores que hoy no dejan de utilizar las cremas y esencias. “Las nuevas normativas del país nos permiten trabajar sobre variedades genéticas controladas que mejoran la experiencia de los usuarios”, agrega Federico.

Mientras charla, el ingeniero se pasea por el laboratorio y saca de la heladera, frasquitos, tuppers, cápsulas todas rellenas con una gran variedad de texturas y aromas.

La máquina extrae los compuestos más deseables que son los terpenos y otros ácidos grasos.“La concentración es del cien por ciento y las cremas con cannabis no quedan con ningún efecto psicoactivo. Tuve que desaprender algunas cosas: para mi era mala palabra el cannabis hasta que pude entender que hacía tanto bien”, reflexiona.

Hoy, el laboratorio Salma Sur, ubicado a metros de la Avenida los Arrayanes sobre calle Los Coihues en Lago Puelo, elabora una línea de cosmética con al menos diez productos específicos. “Empezamos a utilizar como reparador potente el palo piche, promotor de la generación de colágeno, el hipéricum para la acidez estomacal y para reparar el tejido, rosa mosqueta como hidratante reparador, orégano para enfrentar las alergias, chía para el Omega 3, caléndula, menta como refrescante… pero nunca paramos de probar nuevas opciones y combinaciones”, cierra Vercelli orgulloso de su emprendimiento familiar.